miércoles, 27 de noviembre de 2013

GUÍA 4



ARTICULO

EL MARKETING PERSONAL: CUANDO LA MARCA SOY YO*

Antes éramos seres anónimos y la distinción, la marca, era por lo general mal recibida porque indicaba que las cosas no iban por buen camino. Se marcaba a los convictos, a los esclavos y se utilizaban signos distintivos en el vestido para singularizar algunas profesiones, era mejor pues pasar desapercibido. Ahora, si no somos visibles no transmitimos una propuesta de valor y pasamos a ser translúcidos para los demás, estar sin ser visto es la forma más común de no estar. Como profesionales de lenguas modernas nos debemos distinguir por proyectar siempre una imagen positiva, que nos permita tomar el control de nuestra mejor carta de presentación, para así convertirla en una excelente herramienta de liderazgo.

Si sabemos que los demás toman decisiones basándose en las primeras impresiones debemos asegurarnos de que lo que transmitimos con nuestra imagen es lo adecuado. La imagen, o en definitiva, la ropa y los accesorios que llevamos crean un código de comunicación no verbal muy potente. Lo que llevamos envía a los demás un conjunto de información sobre nosotros. Todos somos y dejamos marca. Así que nuestra imagen debería comunicar: quién somos, qué podemos ofrecer y hacia dónde queremos ir. La visión que los demás tienen de nosotros puede corresponderse con lo que realmente somos, nuestra identidad, o no. Así de pronto todos tenemos una zona secreta que solamente cada uno de nosotros conoce y que esconde habilidades, talentos, conocimientos y experiencias que si nosotros no queremos nunca verán la luz.
Los objetivos, las metas, los sueños y los proyectos son elementos definidores de la marca personal que tienen una proyección a largo plazo, nos identifican y nos distinguen  de los demás. Para ser reconocidos y memorables es necesario ser consistentes con lo que decimos, hacemos y comunicamos. Las personas estamos en continuo movimiento, la vida es movimiento y cambio y la marca personal no es en absoluto ajena a esta circunstancia.  Siempre ha habido personas que han gestionado su marca, que se han ocupado en transmitir correctamente su mensaje para que los demás pudieran captarlo y así convertirse en conocidos, memorables para al final ser los escogidos para una finalidad, tarea o misión concretos. Posicionar la marca personal es poner en conocimiento de nuestro entorno información suficiente para que lo que este ve de nosotros sea, como mínimo, una imagen fiel de lo que realmente somos.
Nuestra sociedad pide personas comprometidas y decididas en la aportación de valor. La persona, cada uno de nosotros, se ha vuelto más significativa, más relevante e independiente y por ello capaz de trabajar de manera autónoma por lo que el fortalecer  la marca de cada uno ha pasado a ser una necesidad en aumento. Muchas empresas centran sus esfuerzos en actividades tradicionales del marketing como la promoción, la publicidad, las relaciones públicas. Todo eso está muy bien, pero tal vez esas mismas empresas olvidan que uno de sus mejores activos de marca es su gente, sus profesionales. No importa cuál sea el sector, la construcción de una gran marca requiere que todos los profesionales de la empresa se conecten con la marca corporativa y comprendan la importancia de caminar juntos para lograr objetivos. 
Los profesionales de lenguas modernas debemos asumir  grandes retos y estar preparados para contribuir en la construcción de una marca corporativa cuando así el mercado lo requiera dentro del desarrollo de una organización, son retos  que nos obligan a estar más comprometidos, conectados, motivados y tener un nivel de proximidad emocional con el trabajo.  Es evidente que una marca fuerte requiere el compromiso de cada uno de los profesionales de la compañía, y esto solo se consigue integrando las marcas personales con la corporativa. De ahí que los profesionales, sean el mejor recurso del que pueda disponer cualquier organización.

jueves, 14 de noviembre de 2013

GUÍA 3



Guía 3. Fundamentos y diagnóstico de la comunicación organizacional.


Mapa conceptual capitulo 1.
 




Mapa conceptual capitulo 2.



  
Mapa conceptual capitulo 3.



Reflexión.



La comunicación organizacional permite en la empresa que los empleados estén informados, sean escuchados y valorados al poder brindar sus opiniones y sugerencias. Es así como se logra una mayor lealtad de los trabajadores hacia la empresa, convirtiéndose entonces en una acción clave para retener a los mejores talentos de cada organización y optimizar la productividad.


Es muy importante que los empleados estén enfocados en los objetivos organizacionales y para ello la buena comunicación  de la organización se convierte en una de las herramientas principales con las que cuenta la empresa para lograr tener un equipo de trabajo informado, motivado y alineado. Para finalizar, se puede afirmar que para que la comunicación sea efectiva, es necesario que ésta sea transparente, que además no se engañe a los empleados y sea coherente con la cultura de la empresa.




 ENSAYO-

LA COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL Y SU IMPORTANCIA COMO ESTRATEGIA DENTRO DE LA ORGANIZACIÓN
La comunicación en las organizaciones es un tema de creciente importancia que ha despertado un gran interés en la sociedad por su desarrollo tanto en el mundo de las empresas como en el académico. En un principio la comunicación es concebida simplemente como un elemento de transmisión de información hasta llegar a ser valorada como un elemento integrador y articulador de procesos organizacionales.
Como mencionan Soria y Alvarado (2010), “la comunicación es un fenómeno que ha estado presente desde el origen de la humanidad, en diversas manifestaciones: oral, escrita, pictográfica, kinésica, paralenguaje, proxémica, entre otras. Siendo ésta misma el amalgama entre el ser humano y las relaciones entre ellos“.
La comunicación en general y la comunicación organizacional es considera en primer lugar como un proceso (Rodríguez, 2006; McEntee, 1998) porque es una actividad dinámica que mantiene cierto grado de estructura que se ajusta en la medida que se va desarrollando la organización. También es un sistema que se compone de una serie de actividades interdependientes que al integrarse logran objetivos definidos.

Por otro lado el concepto de estrategia es comúnmente utilizado en el ámbito empresarial y es una manera de hacer una reflexión con el objetivo de cambiar la visión paradigmática de las organizaciones. Este concepto, tan utilizado no se revela fácilmente ni en un sentido práctico ni tampoco desde la perspectiva teórica ya que “desde el punto de vista de diferentes autores y escuelas cobra matices un tanto diferentes” (Garrido, 2004, p. 80).

La comunicación es un factor de poder en las organizaciones por que hace posible la cohesión e identidad de sus miembros, constituye a su vez, la identificación, selección y combinación de los medios eficaces para el logro de los objetivos que se propone, genera la coordinación de las acciones que se requieren para la realización de estos objetivos (Rebeil y Ruiz, 1998).
 Los procesos comunicacionales se vuelven parte fundamental del éxito de una empresa, si se cuenta con un sistema de comunicación organizacional que genere confianza, baja incertidumbre, participación, así como una serie de sentimientos positivos que permita a los empleados trabajaran en armonía.

Una empresa eficaz se destaca por ser una organización que alcanza los objetivos marcados a corto y largo plazo, se autoevalúa y consigue sobrevivir en un entorno turbulento. Si el propósito fundamental de toda organización es la supervivencia, resolviendo los problemas que le plantea de continuo el entorno en donde opera, entonces necesita poseer una ventaja competitiva sobre el resto de las organizaciones con que comparten un entorno dado (Rodríguez, 1999). La carencia de sistemas comunicacionales bien establecidos dentro de las empresas así como la poca importancia que se le da a la comunicación dentro de las organizaciones, afecta el logro de objetivos y metas planteadas dentro de la organización.

Una cultura de comunicación organizacional depende en gran medida de empresas e instituciones que consideren a su personal como recurso estratégico, es decir, que abran y cedan cada vez más espacios y tiempos organizacionales a su participación y creatividad para definir objetivos y metas. Para Sánchez Gutiérrez (2008), el objetivo general de la función de comunicación es la obligación de desarrollar e implantar estrategias de comunicación que respalden a la organización en el logro de sus objetivos, ofreciendo recursos efectivos de coordinación, apoyando los procesos de cambio y reforzando la integración del personal (Rebeil y Ruiz, 2008). La comunicación organizacional  puede corregir errores inmediatamente así como evitar malentendidos, obteniendo mejores acuerdos y facilitando la negociación, generando así una cultura de excelencia en el largo plazo, motivando el desempeño en situaciones de incertidumbre.  

Las organizaciones hoy en día necesitan mantenerse actualizadas, cumpliendo tendencias e innovando en productos y servicios lo cual permite su permanencia en el mercado con el dinamismo correspondiente de las empresas altamente efectivas; y de esta forma cumplir con las demandas de los mercados actuales. Para eso es necesario comprometerse a nivel corporativo que permita darle el valor que realmente se debe a los procesos vitales de comunicación de las empresas que le permiten alcanzar los objetivos institucionales y ser competitivos en relación a las demás organizaciones.

Por lo anterior, el estudio de la comunicación se vuelve de vital importancia, y su aplicación dentro del ámbito organizacional, ya que si se cuenta con una estrategia de comunicación adecuada dentro de la organización, la empresa logrará será más efectiva y productiva.